Otra salida a Kurtzeberri, esta vez por la ladera este, desde el pantano de Urkulu. Esta vía es bastante mas larga y dura que la mas habitual por el barrio de Mendiola, pero tiene sus atractivos.
Los primeros tramos discurren entre verdes prados con ganado pastando y bonitas vistas de Urkulu, Bedoña, el valle de Léniz. A continuación se penetra en un pinar, y por un camino muy empinado se llega a la parte inferior de la arista de Kurtzebarri, desde donde continua la ascensión a la cumbre siguiendo siempre la senda existente en la citada arista y desde donde se pueden contemplar unas hermosas vistas.
Esta vez me llamó la atención las evoluciones de unos pocos buitres que estaban descansando tranquilamente en unas rocas cerca del camino.
Preparé mi máquina fotográfica y comence con el proceso de aproximación, que con estos bichos tiene que ser muy lento y discreto. De todas maneras, salieron volando en cuanto me acerqué un poco, pero uno de ellos volvió a posarse, por lo que continué con el juego.
Cuando estaba a unos cuarenta metros comencé a sacarle fotos, y el pajarraco me aguanto bien, por lo que me fuí aproximando más. Después de un nuevo salto, el buitre se posó cerca de unas ovejas, que por cierto no le hicieron ni caso. Con toda la paciencia del mundo me aproximé nuevamente hasta que finalmente me situé a unos veinte metros del animal.
Pasé una hora maravillosa, me dejó sacarle todas las fotos que quise, luciendo todo tipo de poses, y quizás fuera mi imaginación, pero me parecio detectar alguna sonrisa y otras expresiones en su cara que me tenían fascinado. Finalmente apareció una avioneta volando por las inmediaciones y no sé si se asustó o quería verla con mas detalle, pero salió volando, eso sí, me obsequió con unas pasadas suplementarias para que pudiera ver la diferencia entre un buitre leonado volando y posado en tierra.
Los primeros tramos discurren entre verdes prados con ganado pastando y bonitas vistas de Urkulu, Bedoña, el valle de Léniz. A continuación se penetra en un pinar, y por un camino muy empinado se llega a la parte inferior de la arista de Kurtzebarri, desde donde continua la ascensión a la cumbre siguiendo siempre la senda existente en la citada arista y desde donde se pueden contemplar unas hermosas vistas.
Esta vez me llamó la atención las evoluciones de unos pocos buitres que estaban descansando tranquilamente en unas rocas cerca del camino.
Preparé mi máquina fotográfica y comence con el proceso de aproximación, que con estos bichos tiene que ser muy lento y discreto. De todas maneras, salieron volando en cuanto me acerqué un poco, pero uno de ellos volvió a posarse, por lo que continué con el juego.
Cuando estaba a unos cuarenta metros comencé a sacarle fotos, y el pajarraco me aguanto bien, por lo que me fuí aproximando más. Después de un nuevo salto, el buitre se posó cerca de unas ovejas, que por cierto no le hicieron ni caso. Con toda la paciencia del mundo me aproximé nuevamente hasta que finalmente me situé a unos veinte metros del animal.
Pasé una hora maravillosa, me dejó sacarle todas las fotos que quise, luciendo todo tipo de poses, y quizás fuera mi imaginación, pero me parecio detectar alguna sonrisa y otras expresiones en su cara que me tenían fascinado. Finalmente apareció una avioneta volando por las inmediaciones y no sé si se asustó o quería verla con mas detalle, pero salió volando, eso sí, me obsequió con unas pasadas suplementarias para que pudiera ver la diferencia entre un buitre leonado volando y posado en tierra.
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