Hacía tiempo que estaba con ganas de sacar unas fotos al atardecer de Arrasate, y hoy me he decidido a subir a aquellos parajes en los que, en mi infancia, la puesta de sol a veces nos sorprendía en nuestros interminables juegos y aventuras indicándonos que era hora de regresar a casa.
El pueblo ha cambiado mucho pero la belleza del atardecer permanece inperturbable a lo largo de los años. Cuando éramos niños no nos fijábamos en estos detalles, pero hoy he disfrutado mucho con la experiencia.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)