A pesar de la persistente llovizna, esta mañana acompañado de mis fieras, he tomado la dirección de la montaña para la acostumbrada sesión diaria de ejercicio físico. A veces estos días son buenos para obtener fotografías con la caprichosa niebla, que a veces viene y otras va. En la sesión de hoy, la naturaleza no estaba por la labor, quizás ocupada con las labores de dar la bienvenida a la inminente primavera, y se mostraba así de triste y con la última nevada, muy ligera, del invierno.
lunes, 19 de marzo de 2012
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