Mi ordenador ha pasado una semana crítica aquejado de un ataque de
Alzhéimer en forma de virus maligno, y después de semejante trauma, al revisar
las fotos obtenidas durante este tiempo, observo que a las imágenes se les ha
escapado la "magia" que tenían cuando las saqué. Parece que les
ocurre como a las verduras de la huerta que se quedan sin vitaminas en cuanto
pasan un par de días o quizás la magia solo sea el efecto de la incipiente primavera.
En cualquier caso
he decidido publicarlas, todas juntas, pues se trata de sitios que me hacen
estar agradecido por poder vivir en este entorno privilegiado.
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