viernes, 15 de enero de 2010

UNA MAÑANA EMBRUJADA

Dicen las malas lenguas, que cuando la bruja de Amboto abandona su cueva, cubre la peña con una espesa capa de niebla, de manera que cuando vemos la peña de Amboto cubierta con un elegante sombrero, ya sabemos que ella no está en casa.

Lo que yo no podía imaginar, es que en sus salidas se dedicara a deslizarse por la nieve con su escoba !me he quedado helado!


El viento, que ayer nos hizo una demostración de fuerza, esta mañana ha enviado a la niebla para que comunique a los aerogeneradores, sus habituales compañeros de juego, que hoy estaba exhausto, y por eso no podía acudir a su cita diaria.



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