Esta mañana el cuerpo me pedía subir a la montaña, y verdaderamente mi cuerpo, viejo pero sabio, sabía lo que convenía, ya que la mañana estaba espléndida.
Cuando abajo en el valle el ambiente era triste y oscuro, el paisaje en el monte era alegre y brillante. El otoño ha comenzado su despliegue de colores del que podremos disfrutar, con suerte, un par de meses.
martes, 23 de octubre de 2012
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